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jueves, 28 de junio de 2007

Me mudo a otro blog

Les pido disculpas, pero he tomado la triste decisión trasladar Terra Incognita a otro blog. La nueva dirección es http://terraincognita2.blogspot.com/. Allí se explican los motivos de ésta decisión. No obstante, les adelanto que éste blog seguirá abierto y podrán leer los textos aquí publicados. Pero los nuevos textos serán publicados en el otro. (Si quieren dejar comentarios, por favor háganlo: voy a leerlos y, si hace falta, contestarlos)

El Otro

Éste es uno de los monólogos más conocidos del fallecido -y genial- comediante Tato Bores. Espero que les guste.

“La culpa de todo la tiene el ministro de Economía” dijo uno.
“¡No señor!” dijo el ministro de Economía mientras buscaba un mango debajo del zócalo. “La culpa de todo la tienen los evasores.”
“¡Mentiras!” dijeron los evasores mientras cobraban el 50% en negro y el otro 50% también en negro. “La culpa de todo la tienen los que nos quieren matar con tanto impuesto.”
“¡Falso!” dijeron los de la DGI mientras preparaban un nuevo impuesto al estornudo. “La culpa de todo la tiene la patria contratista; ellos se llevaron toda la guita.”
“¡Pero, por favor...!” dijo un empresario de la patria contratista mientras cobraba peaje a la entrada de las escuelas públicas. “La culpa de todo la tienen los de la patria financiera.”
“¡Calumnias!” dijo un banquero mientras depositaba a su madre a 7 días. “La culpa de todo la tienen los corruptos que no tienen moral.”
“¡Se equivoca!” dijo un corrupto mientras vendía a 100 dólares un libro que se llamaba
Haga su propio curro pero que, en realidad, sólo contenía páginas en blanco. “La culpa de todo la tiene la burocracia que hace aumentar el gasto público.”
“¡No es cierto!” dijo un empleado público mientas con una mano se rascaba el pupo y con la otra el trasero. “La culpa de todo la tienen los políticos que prometen una cosa para nosotros y hacen otra para ellos.”
“¡Eso es pura maldad!” dijo un diputado mientras preguntaba dónde quedaba el edificio del Congreso. “La culpa de todo la tienen los dueños de la tierra que no nos dejaron nada.”
“¡Patrañas!” dijo un terrateniente mientras contaba hectáreas, vacas, ovejas, peones y recordaba antiguos viajes a Francia y añoraba el placer de tirar manteca al techo. “La culpa de todo la tienen los comunistas.”
“¡Perversos!” dijeron los del Politburó local mientras bajaban línea para elaborar el duelo. “La culpa de todo la tiene la guerrilla trotskista.”
“¡Verso!” dijo un guerrillero mientras armaba un coche-bomba para salvar a la humanidad. “La culpa de todo la tienen los fascistas.”
“¡Malvados!” dijo un fascista mientras quemaba una parva de libros juntamente con el librero. “La culpa de todo la tienen los judíos.”
“¡Racistas!” dijo un sionista mientras miraba torcido a un coreano del Once. “La culpa de todo la tienen los curas que siempre se meten en lo que no les importa.”
“¡Blasfemia!” dijo un obispo mientras fabricaba ojos de agujas como para que pasaran diez camellos al trote. “La culpa de todo la tienen los científicos que creen en el Big Bang y no en Dios.”
“¡Error!” dijo un científico mientras diseñaba una bomba capaz de matar más gente en menos tiempo con menos ruido y mucho más barata. “La culpa de todo la tienen los padres que no educan a sus hijos.”
“¡Infamia!” dijo un padre mientras trataba de recordar cuántos hijos tenía exactamente. “La culpa de todo la tienen los ladrones que no nos dejan vivir.”
“¡Me ofenden!” dijo un ladrón mientras arrebataba una cadenita a una jubilada y, de paso, la tiraba debajo del tren. “La culpa de todo la tienen los policías que tienen el gatillo fácil y la pizza abundante.”
“¡Minga!” dijo un policía mientras primero tiraba y después preguntaba. “La culpa de todo la tiene la Justicia que permite que los delincuentes entren por una puerta y salgan por la otra.”
“¡Desacato!” dijo un juez mientras cosía pacientemente un expediente de más de quinientas fojas que luego, a la noche, volvería a descoser. “La culpa de todo la tienen los militares que siempre se creyeron los dueños de la verdad y los salvadores de la patria.”
“¡Negativo!” dijo un coronel mientras ordenaba a su asistente que fuera preparando buen tiempo para el fin de semana. “La culpa de todo la tienen los jóvenes de pelo largo.”
“¡Ustedes están del coco!” dijo un joven mientras pedía explicaciones de por qué para ingresar a la facultad había que saber leer y escribir. “La culpa de todo la tienen los ancianos por dejarnos el país que nos dejaron.”
“¡Embusteros!” dijo un señor mayor mientras pregonaba que para volver a las viejas buenas épocas nada mejor que una buena guerra mundial. “La culpa de todo la tienen los periodistas porque junto con la noticia aprovechan para contrabandear ideas y negocios propios.”
“¡Censura!” dijo un periodista mientras, con los dedos cruzados, rezaba por la violación y el asesinato nuestro de cada día. “La culpa de todo la tiene el imperialismo.”
“That’s not true!” (“¡Eso no es cierto!”) dijo un imperialista mientras cargaba en su barco un trozo de territorio con su subsuelo, su espacio aéreo y su gente incluida. “The ones to blame are the sepoy, that allowed us to take even the cat” (“La culpa la tienen los cipayos que nos permitieron llevarnos hasta el gato”).
“¡Infundios!” dijo un cipayo mientras marcaba en un plano las provincias más rentables. “La culpa de todo la tiene Magoya.”
“¡Ridículo!” dijo Magoya acostumbrado a estas situaciones. “La culpa de todo la tiene Montoto.”
“¡Cobardes!” dijo Montoto que de esto también sabía un montón. “La culpa de todo la tiene la gente como vos por escribir boludeces.”
“¡Paren la mano!” dije yo mientras me protegía detrás de un buzón. “Yo sé quién tiene la culpa de todo. La culpa de todo la tiene El Otro. ¡El Otro siempre tiene la culpa!”
“¡Eso, eso!” exclamaron todos a coro. “El señor tiene razón: la culpa de todo la tiene El Otro.” Dicho lo cual, después de gritar un rato, romper algunas vidrieras y/o pagar alguna solicitada, y/o concurrir a algún programa de opinión en televisión (de acuerdo con cada estilo), nos marchamos a nuestras casas por ser ya la hora de cenar y porque el culpable ya había sido descubierto. Mientras nos íbamos no podíamos dejar de pensar: “¡Qué flor de guacho que resultó ser El Otro...!”

miércoles, 27 de junio de 2007

La ¿maldición? de los Kennedy

El tema de la supuesta maldición que padece la familia del asesinado presidente estadounidense John F. Kennedy ha sido muy debatido. El hecho de que tantos de sus miembros hayan tenido muertes trágicas, o bien hayan sufrido accidentes y desgracias terribles, alimentó el mito. Ésta es una lista de los acontecimientos que, para los creyentes en la maldición, son evidencia de su existencia:

En 1941 Rosemary Kennedy, hermana de JFK, fue enviada a un manicomio, donde vivió hasta su muerte en el 2005
En 1944, Joseph Kennedy, hermano mayor de JFK, murió en una batalla aérea en el Canal de la Mancha.
En 1948 Kathleen Kennedy, hermana de JFK, murió en un accidente aéreo en Francia.
En 1955 Jacqueline Bouvier, esposa de JFK, sufrió un aborto espontáneo.
En 1956 Jacqueline dio a luz a una hija muerta
En agosto de 1963 Patrick Kennedy, el segundo hijo de JFK, murió a los dos días de nacer.
En noviembre del mismo año, JFK fue asesinado en Dallas.
En 1964 Edward “Ted” Kennedy, hermano menor de JFK sufrió un accidente aéreo, en el cual sufrió graves heridas.
En 1968 Robert Kennedy, hermano menor de JFK y Ted, y precandidato a presidente, fue asesinado a balazos.
En 1969 se produjo el “accidente de Chappaquiddick”, en el que el auto donde viajaban Ted Kennedy y Mary Jo Kopechne cayó al agua. Ted consiguió salir del auto y nadar a la superficie, pero Mary Jo murió asfixiada dentro del vehículo. El accidente arruinó las chances de Ted Kennedy de ser candidato a la presidencia en 1972, pues se lo acusó de haber causado la caída del auto al agua por manejar borracho, por haber tardado mucho en buscar ayuda tras salir del agua y por haber llamado a su abogado antes que a la policía.
En 1973, a Edward Kennedy (h), de 12 años, le amputaron la pierna derecha.
En ese mismo año, Joseph Kennedy, hijo de Robert, sufrió un accidente automovilístico al chocar el jeep que manejaba junto a otros pasajeros, uno de los cuales quedó inválido de por vida.
En 1984 David Kennedy, hijo de Robert, murió de una sobredosis a los 28 años.
En 1997 murió Michael Kennedy, hijo de Robert, en un accidente de esquí.
En 1999 murió John F. Kennedy (h), junto a su esposa y su cuñada en un accidente aéreo.
En 2006, el avión en que viajaba Ted Kennedy fue golpeado por un rayo y debió hacer un aterrizaje de emergencia.

martes, 26 de junio de 2007

Recomiendan ayuda psicológica para los Harrymaníacos

Los rumores de la muerte del ya adolescente mago Harry Potter en el último capítulo de la saga de la escritora J. K. Rowling comenzaron a circular. Por eso, en Estados Unidos y Gran Bretaña un grupo de psicólogos y psicoterapeutas advirtió a los padres de los pequeños fanáticos la necesidad de preparar emocionalmente a sus hijos ante la eventual noticia fatal.
Según los especialistas, el mes que viene, cuando se publique finalmente
Harry Potter and the Deathly Hallows, millones de niños podrían quedar afectados con traumas emocionales si efectivamente, muere el protagonista.
El psicólogo infantil estadounidense Michael Brody pidió a los padres de los niños a prepararlos para dicha “pérdida”, y comparó la situación a la que se verán expuestos con la muerte de una mascota o un amigo íntimo, consignó el diario chileno
El Mercurio.
“Los niños podrían sufrir de ansiedades y traumas, y los padres deberán estar allí para reconfortarlos”, explicó Brody. “Si hay una muerte en el libro de Harry Potter, ésta debería servir para que se discuta el tema dentro del grupo familiar”, completó.

Harry Potter and the Deathly Hallows, el séptimo y último episodio las aventuras del mago de anteojos y sus amigos, será publicado el próximo 21 de julio.

lunes, 25 de junio de 2007

Mauricio Macri, jefe de Gobierno

La victoria aplastante de Mauricio Macri en las elecciones de jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires es sin duda un acontecimiento significativo en la política argentina. No es la primera derrota electoral del kirchnerismo, pero sí es la primera que sufre en un distrito de importancia cuantitativa.
En la última semana previa a la elección, Néstor Kirchner tuvo la sensatez de dejar de participar de la campaña, pasándole el timón a Daniel Filmus. Filmus actuó bastante bien, logrando escalar del 23% que había arañado en la primera vuelta, al casi 40% que terminó consiguiendo en la segunda. Tal vez si hubiese tenido un par de semanas más para hacer campaña, hubiese logrado amenazar seriamente el triunfo macrista. Pero el hecho es que perdió.

Ahora Kirchner deberá convivir con un jefe de Gobierno opositor en la Capital. No sería la primera vez que esto sucede, ni la primera vez que algo similar le pasa al propio Kirchner. Recordemos que en 1996 el radical Fernando De la Rúa fue elegido jefe de Gobierno porteño, y debió gobernar coexistiendo con el peronista Carlos Menem, y se llevaron bastante bien. También hay que recordar que Kirchner, en sus épocas como gobernador de Santa Cruz, debió ver cómo los radicales ganaban la intendencia de la capital de la provincia, Río Gallegos. Sin embargo, las relaciones entre la Municipalidad y la Gobernación fueron buenas hasta el 2003, cuando Kirchner abandonó la provincia para asumir la presidencia.
También hay que recordar que Kirchner jamás se ha enfrentado totalmente con ningún gobernador o intendente opositor. Chaco es gobernada por el delfín del radical lavagnista Ángel Rozas. San Luis es gobernada por Alberto Rodríguez Saá, cuyo hermano Adolfo compitió contra Kirchner en el 2003. Neuquén es gobernada por Jorge Sobisch, un opositor a Kirchner que hasta hace poco soñaba con conseguir la presidencia éste año. Salta es gobernada por Juan Carlos Romero, que fue candidato a vicepresidente junto a Menem en el 2003. Kirchner hubiese podido trenzarse en una lucha sin cuartel con todos esos gobernadores de la oposición, y sin embargo logró construir una buena cooperación con ellos, al menos a nivel administrativo.
No digo que Kirchner sea un modelo de tolerancia y convivencia democrática. Pero conoce bien la diferencia entre enfrentarse contra un dirigente opositor y hacerlo contra un gobernador o intendente opositor. En el primer caso, puede tirarle con toda clase de municiones, pues el único resultado sería, en el peor de los casos, la destrucción de la carrera de ese dirigente. Pero cuando el opositor ocupa un cargo ejecutivo, el resultado de demasiadas operaciones en su contra sería el caos y la crisis del distrito que ese político gobierna, algo que también perjudicaría a Kirchner, como presidente de la Nación.
Ésta semana Kirchner y Macri se reunirán (Macri ya le envió una carta pidiéndole audiencia formalmente). Depende de Kirchner actuar con madurez en esa reunión, para poder asimilar el golpe que le han propinado los porteños con elegancia.

domingo, 24 de junio de 2007

Programación de la semana del 25/6/2007

Lunes 25/6
Todo sobre mi madre
Cinecanal - 3:45
El Padrino
Cinecanal - 5:40
Comedia sexual de una noche de verano
The Film Zone - 15:05
El testaferro
Film & Arts - 17:00
En sus zapatos
Cinecanal - 22:00
Celebrity
Hallmark - 22:00

Martes 26/6
Todo sobre mi madre
Cinecanal - 0:25
El testaferro
Film & Arts - 3:00
The United States of Leland
Cinecanal - 4:05
El testaferro
Film & Arts - 10:00
Mi nombre es Sam
TNT - 22:00
The United States of Leland
Cinecanal - 23:40

Miércoles 27/6
El doctor y sus mujeres
FOX - 10:00
Saïd
Europa europa - 14:10
La intérprete
Cinecanal - 15:15
Cosas que importan
Hallmark - 16:30
Saïd
Europa europa - 20:10
Los otros
TNT - 22:00
Mientras nieva sobre los cedros
Hallmark - 22:00
Desde el infierno
FOX - 23:00

Jueves 28/6
Celebrity
Hallmark - 0:30
Abre los ojos
TNT - 0:30
Dealer
Europa europa - 2:50
Desde el infierno
FOX - 4:00
The Truman Show
Cinecanal - 18:20
La locura del rey Jorge
Europa europa - 20:00
Belle Epoque
Europa europa - 22:00

Viernes 29/6
Orange County
The Film Zone - 5:35
The Truman Show
Cinecanal - 7:10
La intérprete
Cinecanal - 18:00
John Q.
TNT - 19:30
Mi gran casamiento griego
FOX - 23:00

Sábado 30/6
Belleza americana
The Film Zone - 3:45
No olvides que vas a morir
Europa europa - 4:55
La intérprete
Cinecanal - 7:55
Día de entrenamiento
TNT - 22:00
Undertow
Cinecanal - 22:00

Domingo 1/7
Desde el infierno
FOX - 0:00
Undertow
Cinecanal - 1:40
El cuarto poder
TNT - 3:00
Melinda & Melinda
Cinecanal - 16:05
Basic
FOX - 18:00
En sus zapatos
Cinecanal - 22:00
Hombre en llamas
FOX - 22:00

sábado, 23 de junio de 2007

Dédalo, el inventor

Dédalo era un príncipe de la casa real de Atenas a quién la mismísima diosa Atenea le había enseñado el arte de la herrería. Fue considerado como el mejor herrero de Grecia hasta que uno de sus aprendices, su sobrino Talos, de sólo 12 años, lo superó inventando la sierra, el compás y la rueda de alfarero. Dédalo decidió matarlo, en parte por celos y en parte, según algunas versiones, por sospechar que el chico mantenía relaciones incestuosas con su madre Policaste, hermana de Dédalo. Éste lo llevó al techo del templo de Atenea, en la Acrópolis, con el pretexto se señalarle algunas vistas lejanas, y lo mató empujándolo a la tierra. Luego bajó y colocó el cadáver de su sobrino en un saco con el propósito de enterrarlo en secreto. No obstante, las manchas de sangre pronto lo delataron. Fue juzgado y desterrado por el gobierno ateniense. Policaste se suicidó.
Dédalo se refugió primero en uno de los demos del Ática y luego en la ciudad de Cnosos, capital de Creta. Los reyes de la isla, Minos y Pasifae, lo recibieron hospitalariamente, más que nada por el talento de Dédalo.[1] El inventor vivió en paz en Creta durante varios años, y tuvo un hijo llamado Ícaro con Náucrate, una esclava del palacio del rey.
Las cosas cambiaron cuando aparentemente, Dédalo ayudó a Pasifae a unirse sexualmente con un toro blanco consagrado a Poseidón, de quién la reina cretense se había enamorado. Si no me equivoco, Dédalo inventó un armatoste similar a una vaca, donde Pasifae se colocó de tal manera que, cuando el toro lo penetró… Pero creo que ya imaginan como sigue. La relación zoofílica entre la reina y el toro hubiera sido un secreto de no ser porque Pasifae quedó embarazada y dio a luz un hijo monstruoso, con cuerpo de ser humano y cabeza de toro, conocido como el Minotauro. Minos, por algún motivo, no quiso matar a la criatura ni a su esposa infiel, sino que le pidió a Dédalo que construyese un edificio en donde el monstruo pudiera ser encerrado. Entonces Dédalo le construyó el famoso Laberinto, en el que el Minotauro viviría hasta morir a manos de Teseo.
Luego, de alguna manera, Minos se enteró del rol que había jugado Dédalo en los amores de Pasifae y el toro, y lo encarceló junto con Ícaro, probablemente con la intención de ejecutarlo. Pasifae los ayudó a escapar, pero Minos tenía tan bien vigiladas las costas de Creta que padre e hijo sabían que sería imposible huir de la isla por mar. Entonces Dédalo hizo un par de alas para él y otro para Ícaro; estaban hechas con plumas de ave atadas con hilos y otras menores pegadas con cera. Dédalo advirtió a su hijo que no volase demasiado alto, pues el sol podría fundir la cera, ni demasiado bajo, pues el agua del mar podría humedecer las plumas.
Ícaro obedeció a su padre por unas horas, pero al final decidió volar más alto y remontarse hacia el sol, orgulloso de la altura a la que lo llevaban sus grandes alas. Poco después Dédalo miró hacia atrás y ya no pudo ver a Ícaro, pero vio abajo las plumas de sus alas que flotaban en el agua. El calor del sol había derretido la cera e Ícaro había caído al mar y se había ahogado. Dédalo describió círculos alrededor del lugar hasta que el cadáver salió a la superficie, y luego lo llevó una isla cercana donde lo enterró; más tarde la isla fue llamada Icaria. Se dice que el alma de Policaste apareció frente a su hermano Dédalo en forma de perdiz, se posó en una encina y lo observó enterrar a Ícaro, cotorreando de placer.
Pero algunos que no creen en esta fábula dicen que Dédalo huyó de Creta en un barco que le proporcionó Pasifae, y que en su viaje a Sicilia estaban a punto de desembarcar en una islita cuando Ícaro cayó al mar y se ahogó. Añaden que fue Hércules quien enterró a Ícaro, y que en agradecimiento Dédalo le hizo en Pisa una estatua que parecía tan natural que Hércules la tomó por un rival y la derribó con una piedra. Otros dicen que Dédalo inventó velas, y no alas, como un medio de dejar atrás a las galeras de Minos, y que Ícaro, que timoneaba descuidadamente, se ahogó al zozobrar su barco.
Dédalo voló hacia Cumas, cerca de Nápoles, donde dedicó sus alas al dios Apolo y le erigió un templo con techo de oro. Luego hizo una visita a la ciudad de Cámico, en Sicilia, donde le recibió hospitalariamente el rey Cócalo, y vivió con los sicilianos disfrutando de una gran fama y erigiendo muchos edificios magníficos.
No obstante, Minos, que no se resignaba a la pérdida de Dédalo, reunió una flota enorme y salió en su busca. Mediante una compleja estratagema, logró descubrir la ubicación del inventor y exigió al rey Cócalo su entrega. Cócalo se mostró dispuesto a obedecer, pues en aquel entonces Creta era la mayor potencia militar del Mediterráneo. No obstante, las hijas de Cócalo no querían enviar a Dédalo a la muerte a manos de Minos, pues el inventor les había fabricado muchos bellos juguetes, y con su ayuda tramaron un plan. Dédalo pasó un caño a través del techo de los baños del palacio de Cócalo, donde Minos se hospedaba. Cuando el rey cretense se fue a bañar, Dédalo y las chicas vertieron agua o aceite hirviendo a través de dicho caño, causándole a Minos quemaduras mortales.
Cócalo, quien posiblemente estuvo al tanto del complot de sus hijas, entregó el cadáver a los marinos cretenses afirmando que Minos había tropezado con una alfombra y había caído en una caldera de agua hirviente. El rey de Creta fue sepultado con gran pompa en el templo de Afrodita en Cámico -donde permaneció hasta que Terón, tirano de Acragas, envió sus restos a Creta, en el siglo V a. C.-, y Zeus lo designó juez de los muertos en el reino de Hades.
Tras el entierro de Minos, los integrantes de la flota cretense cayeron en un desorden completo y fueron presa fácil de los sicilianos. Algunos escaparon y otros debieron quedarse en la isla, donde edificaron las ciudades de Minoa, Hiria y Engio. En cuanto a Dédalo, abandonó Sicilia para unirse a Yolao, el sobrino, auriga y posible amante de Hércules, quién se había establecido con varios colonos griegos en la isla de Cerdeña.

[1] En la actualidad, muchos historiadores y mitógrafos consideran que “Minos” y “Pasifae” no eran nombres propios, sino títulos que adoptaban todos los reyes y reinas de Creta.